sábado, diciembre 01, 2007

Pensantes...

A Landa y Cristicapla...

... bueno, no sé si mi intención es hacer pensar, o no pensar... Pero sí, estamos hechos de mil yo. Y en días como otros (no precisamente hoy), no nos apetece que venga ningún yo a decirnos qué hay que hacer, o qué hay que no hacer; que el yo pensante se quede cobijado bajo la manta... si Landa, pero un día, dos a lo sumo, pero no más. Los días pasan rápido, las noches aún más. Pero me gusta pensar que tenemos un yo inquieto que me hace meterme bajo el agua, ponerme ropa limpia y salir a la calle... cada mañana; el yo que me hace luchar contra un muro de hormonas adolescentes que no llegarán a ninguna parte; el yo que me revuelve las tripas cuando veo una injusticia a mi lado... o en otro lado del mundo; el yo dormido que habita en lo más profundo de la droga; el yo que me dice que saque a mi perro a pasear, a pesar de la lluvia; el yo eterno, que no es mio, ni tuyo, ni de nadie... el yo viajero, SIEMPRE, obvio... conmigo allá donde vaya... aunque sea para huir de mi misma (que razón tienes, Landa...)... el yo de los impagos, el yo de la anarquía, el yo de las trece rosas, de la literatura, de la luna nueva, de la palabra, de las artes, de las amelies, de una nota al piano, del calor de las sábanas en invierno, de la pereza, de la infancia, de la tarde, del mar... siempre el mar..., de la vejez, del patrimonio vivo, de tí, de mi...


el yo que me empuja a seguir buscando amor aunque lo único que encuentre sea desamor

Este texto no es de Gibrán. Es de todo lo vivido con vosotros a mi lado.
Pd. La foto está tomada por Alborada desde el techo de la catedral de DF, con el Zócalo debajo. Bandera Mexicana. Veintidós millones a nuestros pies... mi yo a sus pies... méxico

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Ay, ay, Póstumo, Póstumo,
fugaces se deslizan los años
y la piedad no detendrá
las arrugas, ni la inminente vejez,
ni la indómita muerte!
No, amigo, ni aunque inmolases cada día
trescientos toros al inexorable Plutón,
el que retiene al tres veces enorme
Gerión y a Ticio en las tristes aguas
que habremos de surcar todos cuantos
nos alimentamos de los frutos de la tierra,
seamos reyes o pobres campesinos.
Vano será que nos abstengamos
del cruento Marte y de las rotas
olas del ronco Adriático
vano que en los otoños hurtemos
los cuerpos al dañino Austro.
Hemos de ver el negro Cocito
que vaga con corriente lánguida,
y la infame raza de Dánao,
y al Eólida Sísifo, condenado
a eterno tormento.
Habremos de dejar tierra y casa
y dulce esposa; y de todos estos
árboles que cultivas ninguno,
salvo los odiosos cipreses,
te seguirá a ti, su dueño efímero;
y un sucesor más digno que tú
consumirá el Cécubo que guardaste
con cien llaves y teñirá
las losas con el soberbio vino,
el mejor en las cenas de los pontífices.
Horacio. Carminum II, 14

03 diciembre, 2007 19:19  
Blogger Unknown said...

A tu YO luchador, implicado y sensible. Soy tu compañera frente a la muralla de hormonas adolescentes y puedo ser testigo de cuán lejos pueden llegar... su marcha se refleja en tus esfuerzos por indicarles uno de tantos posibles caminos.
Viajera, viajar por las almas de nuestros chicos es el mayor y más épico viaje. ¡Que lo disfrutes!

http://itzchel.blogspot.com/2006/04/dara.html

03 diciembre, 2007 19:22  
Anonymous Anónimo said...

¿Alma?, ¿viajar? Efectivamente es épico, pero la mayoría de las veces es ese descenso al Averno, donde encuentras a los sin alma, a los sin vergüenza, a los que no quieren tener esperanza (cuando has avanzado un paso, al siguiente reencuentro, de nuevo las armas en ristre, los irespetuosos, los que no quieren aprender (que siempre minan la paciencia, poco a poco). AL católico se le exige "enseñar al que no sabe", a nosotros se nos exige "enseñar al que no quiere". Y además el informe PRISA señala que los causantes/culpables del fracaso escolar son, COMO NO, los profesores.

04 diciembre, 2007 12:58  

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